Un 15-35% de los pacientes con carcinoma hepatocelular (CHC) localmente avanzado presentan metástasis extrahepáticas, siendo el pulmón (37-70%) y los ganglios linfáticos regionales (23-45%) las localizaciones más frecuentes (1-3). La incidencia de metástasis esqueléticas es inferior y oscila, según las series, entre el 5-20% de los casos (4). En el CHC, el síndrome de compresión medular es una complicación excepcional de la enfermedad metastásica ósea. Se describe el caso de un paciente afecto de una cirrosis hepática de origen etílico que presentó una compresión medular como primera manifestación clínica de un CHC.Paciente de 73 años con antecedentes de diabetes mellitus tipo 2 en tratamiento con insulina y cirrosis hepática de origen etílico, diagnosticada por biopsia hacía más de dos décadas, en estadio A de Child-Pugh. La última revisión, con valoración ecográfica y determinación de niveles de alfa-fetoproteína, se realizó un año antes de su ingreso y no mostró hallazgos de interés. La clínica actual había comenzado dos meses antes de su hospitalización y consistía en cervicobraquialgia izquierda de instauración progresiva, con una distribución radicular C4-C5 y escasa respuesta a analgésicos convencionales. No manifestaba déficit motor ni sensitivo. El dolor aumentaba con las maniobras de Valsalva y el movimiento cervical. Asociaba astenia, anorexia y pérdida ponderal de unos 15 kg de peso. A las pocas semanas presentó sínto-mas similares en el miembro superior derecho. Finalmente, diez días antes de su ingreso, el paciente desarrolló de forma progresiva debilidad y parestesias en las cuatro extremidades, con evidente limitación para levantar los brazos, pérdida de habilidades manuales, imposibilidad para la deambulación sin ayuda e incontinencia de orina. En la exploración destacaba una tetraparesia 3/5, con hipertonía piramidal y un nivel sensitivo C4-C5. Se practicó una radiografía de columna cervical en la que se apreciaba una fractura-aplastamiento del cuerpo de C3, desaparición de la apófisis espinosa de C6 y erosión de la cara posterior de la apó-fisis espinosa de C5. En la resonancia (RM) de columna cervical, practicada con carácter urgente, existía alteración de la señal y morfología en C3, C5, C6 y D1 con afectación del cuerpo de C3 y elementos posteriores de C6 y C5, cuerpo, pedículo izquierdo y apófisis espinosa de D1. A nivel de C3 y C6 se observaba un aplastamiento vertebral con masa de partes blandas paravertebral, afectación de estructuras posteriores y compresión medular asociada (Fig. 1). En la tomografía computarizada (TC) torácica y abdominal destacaba la presencia de una lesión focal hipervascularizada de 5,5 x 3,9 cm. en el segmento V, con trombosis portal asociada y adenopatías en el territorio porto-hepático y territorio celíaco. El resto la superficie hepática mostraba un aspecto heterogéneo. Existía esplenomegalia, con una pequeña cantidad de líquido ascítico. Desde el punto de vista analítico los niveles de alfa-fetoproteína eran de 3.540 UI/ml (VN 0-11,5 UI/ml). El resto de la an...