“…En este aspecto investigativo de las emociones vinculadas al proceso de aprendizaje, según la neurociencia educativa o neuroaprendizaje, se puede vincular con estrategias pedagógicas y didácticas activas de aprendizaje, enfatizando en la importancia de la motivación, la emoción y el despertar la curiosidad en los estudiantes (Soto Parra, 2016), donde se entrene a los docentes a enseñar pensando en el cerebro. Donde afirma que solo conociendo los mecanismos de atención o de la menoría se pueden mejorar los procedimientos didácticos (Sousa, 2014), que además se pueden medir con dispositivos mucho más efectivos, adicionando más estímulos visuales, auditivos y sensitivos, de acuerdo con los parámetros de medición disponibles en el campo de la investigación; de igual forma, se recomienda el conjunto de canales de detección emocionales de Emotiv EPOC, que coincide con mayor precisión con las emociones predominantes en el aprendizaje, por lo tanto, es más apropiado para la investigación académica en un futuro (Royo González, 2016).…”