“…Las clases en modalidades virtuales y semipresenciales se han agregado a estas nuevas tecnologías por medio de redes de comunicación permitiendo eliminar las barreras físicas y consiguiendo una mayor proximidad entre los participantes, facilitando el proceso de aprendizaje (Belloch, 2013). Estos cambios han permitido mejorar el intercambio de información de una manera rápida y oportuna, la creación de comunidades virtuales de aprendizaje, favoreciendo la comunicación entre los participantes de esta, flexibilidad en el manejo de materiales que permitan el autoaprendizaje, convirtiéndose al estudiante en el centro de su propio conocimiento (Moreira et al, 2017;Buran y Evseeva, 2015;Matukhin y Zithkova, 2015). La Educación a Distancia en América Latina se ha desarrollado bajo un modelo semipresencial que marca una huella en las instituciones, debido al aumento en la cobertura de estudiantes, los nuevos cambios en las técnicas de enseñanza y la incorporación de nuevas sedes que permiten la impartición de esta modalidad (Moreno, 2015).…”