“…La relación entre procesos sociodemográficos y formas asociativas de las comunidades migrantes ha sido tradicionalmente uno de los ejes de investigación más productivos. Partiendo del ya clásico estudio de Rex et al (1987) sobre las entidades de migrantes en Europa, las contribuciones que se orientan en torno a este eje han analizado la relación entre los flujos y los procesos migratorios y las características del asociacionismo migrante (Moya, 2005;Vermeulen, 2010;Voicu y Rusu, 2012;Bada, 2013), pero también cuestiones vinculadas al liderazgo en el seno de las comunidades (Pratten y Baldo, 1995;Escala et al, 2011;Antwi, 2010;Pirkkalainen et al, 2013) o la participación femenina en dichas organizaciones (Pojmann, 2007;Jettinger, 2010;De Tona, 2012). En el caso español existen también importantes contribuciones que se enmarcan en esta línea.…”