“…La Pedagogía Vocal Contemporánea, en su formulación pura, no considera las tradiciones pedagógicas e históricas asociadas a los usos de la voz humana , no conoce (ni busca conocer) los procesos psicológicos afectivos, cognitivos ni del desarrollo que se ponen en marcha durante el aprendizaje del canto (Alessandroni, 2014b(Alessandroni, , 2014c(Alessandroni, , 2015a(Alessandroni, , 2015bAlessandroni, Burcet y Shifres, 2012, 2013a, 2013bAlessandroni y Martínez, 2015;Alessandroni y Shifres, 2014;Garnett, 2005;Mauléon, 2008Mauléon, , 2010, anula los debates filosóficos acerca de la naturaleza del conocimiento habilidoso (Alessandroni, 2016a(Alessandroni, , 2016b; véanse también los aportes filosóficos de Bengson y Moffett, 2011;Hetherington, 2011;Stanley, 2011), no trabaja con las personas de manera integral (sino que las considera conglomerados anatómico-funcionales) (Alessandroni, 2014a), relega enfáticamente la importancia que la imaginación y la creatividad poseen en los contextos de enseñanza técnico-vocal (Alessandroni, 2017), sostiene una epistemología corporeizada demasiado estrecha que ignora los contextos socioculturales donde esta enseñanza tiene lugar y objetiviza al alumno considerándolo sede de compensaciones que deben ser eliminadas (Alessandroni, 2018;Beltramone, Vietri y Alessandroni, este volumen). Claramente, este no puede ser un buen punto de partida para una actividad marcadamente intersubjetiva y cultural como es la enseñanza del canto.…”