El presente trabajo explora la conjetura de Nozick de que el fundamento de los derechos individuales está conectado con el problema del sentido de la vida. Sostendré que esa conjetura significa que la libertad política es una condición necesaria, pero no suficiente del sentido de la vida. El alcance limitado de la conexión entre libertad y sentido permite dos cosas: primero, sostener que la conjetura de Nozick podría ser objeto de lo que Rawls denomina un «consenso entrecruzado» y, segundo, imponer ciertas restricciones a las pretensiones políticas de las religiones u otras doctrinas comprehensivas. Sin embargo, al mismo tiempo, sostendré que la conexión entre libertad y sentido abre un espacio de diálogo entre el liberalismo y las religiones y demás doctrinas comprehensivas razonables. Ese espacio de diálogo, sostenido por la razón, define una forma de iusnaturalismo deontológico apropiado para una sociedad plural, cuyos ciudadanos se reconocen como libres e iguales.