“…En este segmento, quiénes tienen educación superior universitaria, tienen además como reto lograr una mayor capacidad de adaptación de sus competencias a las demandas del mercado laboral, para tener mayor posibilidad de empleo (Albert-Gómez, et al, 2017). De esta forma, el gran desafío para las empresas es plantearse cómo atraer a jóvenes talentos al proceso de reclutamiento, además, de organizar el trabajo, idear nuevas prácticas laborales que resulten atractivas para los nuevos jóvenes profesionales, y proyectar desde sus organizaciones liderazgos con impactos positivos en la sociedad (Eger, et al, 2019;Brymer, et al, 2014;Kucherov, et al, 2019). Por otra parte, Ramoni y Orlandoni (2016) expone que, a pesar del creciente nivel educativo de los jóvenes, las condiciones laborales difieren según el género, donde los resultados soportan la tesis de mercado laboral segmentado, con claras diferencias tanto en salarios como en sectores y condiciones de empleo y, además, con un cierto rezago en la evolución del mercado laboral de las mujeres.…”