“…Desde hace tiempo, se empezaron a revalorizar las variedades locales de frutales euroasiáticos (Rosaceae: "manzanos", "perales" -Pyrus communis L.-, "almendros" -Prunus dulcis L.-, "membrillos" -Cydonia oblonga Mill.-, "cerezos", -Prunus avium L.-"ciruelos" -Prunus domestica L.-, "durazneros" -Prunus persica (L.) Batsch-; Rutaceae: "cítricos" -Citrus spp.-; Cucurbitaceae: "melones" -Cucumis melo L.-y Moraceae: "higueras" -Ficus carica L.-), introducidos tempranamente en América y que se encuentran tanto cultivados como espontáneos en diferentes países como Brasil (Shanley et al, 2012), Perú (Pearregaard, 1994, España (Herrero, 1964;Rivera-Nuñez et al, 1997;Pereira-Lorenzo et al, 2001;Martín, 2010;Sierra del Rincón, 2010;Sanz-García, 2011;Egea-Fernández et al, 2014), México (Rosales-Bustamante et al, 2009), Chile (Rosales, 1877;Lacoste et al, 2015;Castro, 2016;Salamanca, 2017;Castro et al, 2018) y Argentina (Stampella et al, 2013(Stampella et al, , 2014Hilgert et al, 2014;Lambaré, 2014Lambaré, , 2015Lambaré et al, 2015). En general, estos trabajos resaltan los conocimientos, clasificaciones, prácticas de manejo, usos, participación de los sistemas tradicionales de intercambio, selección y conservación de esta agrobiodiversidad que los grupos humanos implementaron y que en la actualidad forma parte de su cultura.…”