“…La HCD se ha descrito tras cirugía supratentorial, presentando una incidencia que varia desde el 0,2% hasta alcanzar el 3,5-4,9%, en el caso de intervenciones de aneurismas y después de lobectomías temporales, siendo incluso menor y observándose ocasionalmente después de cirugía raquídea, aunque la tasa real probablemente sea superior al infradiagnosticarse los casos asintomáticos [1][2][3][4] . Aunque la etiopatogenia está sujeta a discusión, pudiendo estar involucradas alteraciones de la coagulación, hipertensión arterial y rotación de la cabeza dificultando el drenaje venoso cerebral, la mayoría de autores lo atribuyen a un síndrome de hipotensión de LCR, secundario a pérdida del mismo tras la lesión dural, que secundariamente produciría un descenso del cerebelo con tracción y obstrucción sobre las venas del puente y finalmente un infarto venoso hemorrágico [1][2][3][4] . Característicamente las hemorragias son bilaterales y se localizan preferentemente en el vermis y surcos cerebelosos, como en nuestro caso, revelando a veces la TC cerebral una imagen curvilínea hemorrágica en dichos surcos, conocido como el signo de la cebra 4,5 .…”