“…Un problema que aparece con frecuencia en su obra, pero que no ha recibido atención suficiente a mi juicio es la presencia, aparentemente accidental, de referencias intermediales y las materialidades de la comunicación. Las referencias intermediales han sido estudiadas ya previamente, aunque con un enfoque más cercano al de las narrativas transmedia y la expansión de los soportes narrativos (Castro Ricalde, 2016;Sánchez Aparicio, 2018;Olaizola, 2021); también se han estudiado la función de los medios digitales y lo que la propia autora llama escrituras colindantes (Keizman, 2013;Sánchez Aparicio, 2016;Cruz Arzabal, 2016;Sánchez Aparicio, 2018); y la presencia de la fotografía, aunque no siempre se denomina intermedial, en Nadie me verá llorar (1999) en la que uno de los personajes es fotógrafo (Hong, 2006;Close, 2014;Vázquez-Medina, 2014;Kressner, 2018).…”