“…Esto se explica, entre otras razones, por un menor acceso a recursos y tiempos de investigación (Massachusetts Institute of Technology [MIT], 1999a;1999b), una penalización en la titularidad por publicar en coautoría (Sarsons, 2017), una mayor tasa de rechazo a las investigaciones producidas por mujeres por parte de los comités editoriales, especialmente si estos están compuestos por hombres (Murray et al, 2019), mayor tiempo dedicado a la docencia y labores no conducentes a la investigación (Babcock et al, 2017;Barbezat, 2006) y a que las mujeres dedican más tiempo a la escritura y revisión de artículos que los hombres (Hengel, 2017). Todo esto repercute en la existencia de una persistente segregación vertical (European Commission et al, 2017;Ginther & Kahn, 2004;Glover, 2000;McElroy, 2013) y brechas salariales de género en la academia (Ibarra & Castellanos Llanos, 2009;Jabbaz et al, 2019;MIT, 1999aMIT, , 1999bToope, 2019) 2 .…”