“…suelen ser de alta intensidad, y diversos estudios han demostrado que se queman cantidades significativas de calorías (Ainsworth, Haskell, Whitt, Irwin, Swartz, Strath, O Brien, Bassett, Schmitz, & Emplaincourt, 2000), que hay grandes pérdidas de líquidos (Hazelhurst & Claassen, 2006), y que las temperaturas corporales sufren grandes aumentos (Ramos-Jiménez, Hernández-Torres, Wall-Medrano, Torres-Durán, Juárez-Oropeza, Viloria & Villalobos-Molina, 2014). Estas condiciones de práctica reúnen factores de riesgo para el desarrollo de diversos problemas de salud o lesiones, como podría ser el caso de la rabdomiolisis (Brogan, Ledesma, Coffino, & Chander, 2017), por citar algún ejemplo. Si además tenemos en cuenta que dentro de los protocolos de seguridad hay muchos centros de Fitness que no exigen a los futuros clientes un reconocimiento médico como requisito de acceso (Estrada-Marcén, , aún resulta de mayor interés conocer el perfil de los instructores que imparten la actividad y de aspectos relacionados con el desarrollo de su labor profesional.…”