La enfermedad de Gaucher (EG) es la más frecuente de las enfermedades de depósito lisosomal. Es un trastorno genético autosómico recesivo poco común, causado por una deficiencia de la enzima lisosomal β-glucocerebrosidasa, que conduce a una acumulación de su sustrato, la glucosilceramida, en los macrófagos. Los signos y síntomas clínicos incluyen disfunciones neurológicas, infartos y malformaciones óseas, hepatoesplenomegalia e hiperesplenismo, que lleva a la anemia, neutropenia y trombocitopenia, y son causados por la infiltración de la médula ósea, el bazo y el hígado por las células de Gaucher. El fenotipo es variable, pero se han identificado tres formas clínicas básicas de EG según el grado de afectación neurológica. La EG tipo 1 es la más común y por lo general no causa daño neurológico, mientras que los tipos 2 y 3 se caracterizan por deterioro neurológico, ya sea grave en el tipo 2 o variable en el tipo 3. El diagnóstico de EG puede confirmarse al demostrar la deficiencia de la actividad de la glucocerebrosidasa ácida en los leucocitos. Las mutaciones en el gen GBA1 deben identificarse, ya que pueden tener valor pronóstico en algunos casos. El tratamiento específico consiste en la terapia de reemplazo enzimático intravenosa utilizando una de las moléculas disponibles actualmente (imiglucerasa, velaglucerasa o taliglucerasa). También se puede utilizar la terapia de reducción de sustrato por vía oral, que inhibe la biosíntesis de glucosilceramida (miglustat o eliglustat). El tratamiento es más efectivo cuando comienza en las primeras etapas, y por lo tanto es esencial un diagnóstico precoz.