A partir del magisterio de Pedro Henríquez Ureña, el presente texto elabora algunas reflexiones sobre el estudio de las prácticas filosóficas (“filosofar”) en nuestra América, del siglo XIX a inicios del siglo XX. Estas prácticas se transmiten en formas no escritas, relacionadas con la oralidad y la gestualidad; por ello, no pueden ser estudiadas únicamente a partir de los textos que conforman la obra publicada de nuestros autores. El presente ensayo elabora algunas sugerencias para estudiar estas formas de transmisión, que remiten al problema de los “estilos” del filosofar, la relación entre retórica y filosofía y la fundamental dimensión afectiva de nuestra tradición filosófica.