“…Por otro lado, se encontraron investigaciones que estudiaron las condiciones organizacionales y su relación con el síndrome de burnout, entre las cuales se encuentran la cantidad de pacientes (Sosa, 2007;Gutiérrez, 2006;Madrigal, 2010); la sobrecarga laboral (Alfonso, 2007;Madrigal, 2010); la presión laboral (Fernández, 2008); la ambigüedad de rol (Vinaccia & Alvaran, 2004); la antigüedad laboral (Albanesi, Bortoli & Tifner, 2006;Tuesca-Molina, Urdaneta, Suárez, Vargas & Vergara, 2006;Díaz, López & Arévalo, 2012;de Souza, Faverzani, Mamore & Liberali, 2009); los horarios de trabajo (Carlotto & Dos Santos, 2006;Albanesi, Bortoli & Tifner, 2006); los recursos tecnológicos (Zaldúa, Bottinelli, Pawlowcz & Nabergoi, 2007); el tipo de contratación (Tuesca-Molina et al, 2006;Díaz, López & Arévalo, 2012); la inseguridad en el empleo (Toledo, 2006); el tipo de organizaciones -por ejemplo privada pública o federal estatal-(Darrigrande, Olivares, Aguilar, Marileo, Mansilla & Méndez, 2009;Aldrete, González, Preciado & Pando, 2009;Arias & González, 2008;Díaz, López & Arévalo, 2012); la remuneración (Aldrete, Preciado, Franco, Pérez & Aranda, 2008); el apoyo social y organizacional (Vinaccia & Alvaran, 2004;Toledo, 2006;Hernández & Dickinson, 2006); el estilo de supervisión (Tamayo & Tróccoli 2002;Toledo, 2006;Pando, Aranda, Aldrete, Flórez & Pozos, 2006;Caballero, González, Mercado & Llanos, 2009); las malas condiciones físicas y ambientales…”