“…Ahora bien, de las investigaciones que analizan el ambiente obesogénico en población escolar, se ha documentado que dentro y fuera de las escuelas existe una amplia disponibilidad y acceso a alimentos y bebidas densas en energía (Shamah et al, 2011;Alvear et al, 2013;Illescas, Acosta, Sánchez, Del Socorro y Garcimarrero, 2014;Bahena, Torres y Calvillo, 2018; El poder del consumidor, 2018), así como una mayor oferta de estos en planteles ubicados en áreas con menor desarrollo social (Rivera, Salas y Correa, 2015). Escenarios que se agudizan con la falta de espacios para la actividad física y sana recreación próximos a las escuelas (Yamamoto et al, 2013;Medina, Fernández, Ureña y Reyes, 2015;Lavin et al, 2016).…”