“…En México, este felino está presente desde las zonas semidesérticas de Sonora y Tamaulipas hasta los bosques tropicales de Chiapas y la Península de Yucatán, principalmente en los grandes macizos de bosques tropicales de Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, y en algunas regiones de los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz (Medellín et al, 2016). Sin embargo, la pérdida y fragmentación de su hábitat, la cacería furtiva y los conflictos en áreas ganade-ras principalmente debido a las pérdidas económicas por depredación (Peña-Mondragón y Castillo, 2013), entre otras problemáticas, han dificultado su conservación, a pesar de que se han llevado a cabo diversas estrategias nacionales para su protección (Peña-Mondragón y Castillo, 2013;Amit y Jacobson, 2017;Anaya-Zamora et al, 2017). Dichas estrategias han sido planteadas por expertos de muchas disciplinas, no obstante, el enfoque que se le ha dado gira en torno, principalmente, a la justificación biológica/ecológica de su conservación dejando de lado los conocimientos y necesidades de las localidades o abordándolas de manera superficial (Arizpe et al, 1993;Álvarez et al, 2015;Bennett, 2016).…”