Excentricidades coincidentes: W. Gombrowicz en la Argentina

Abstract

La decisión del escritor polaco Witold Gombrowicz 1 de instalarse durante 24 años en la Argentina pudo parecer cuando menos excéntrica. Nacido en 1904, viajó a la Argentina en 1939 a bordo del transatlántico "Chrobry" en su viaje inaugural. Sorpresivamente, en el momento justo del regreso decidió bajarse y quedarse en el país. Allí vivió de manera ininterrumpida hasta 1963, en que regresó finalmente a Europa. Murió en Francia seis años después.Sin duda la larga estancia en el país austral, tan alejado de los centros de emisión cultural, contribuyó a que el reconocimiento de su obra fuese tardío y fragmentario. Sólo la tenaz confianza del polaco en el valor de su creación le permitió atravesar el desierto sin morir de asfixia en él 2 . Como veremos en las 1 Gombrowicz ha sido uno de los talentos artísticos más creativos y fascinantes en la literatura de este siglo. Su obra recrea un mundo inverosímil y personalísimo a través de un lenguaje igualmente particular. Registró y anticipó, además, percepciones y razonamientos del ser humano actual que en otra vertiente han sido insistentemente tratadas por la fenomenología y el existencialismo. En 1936 escribió Ferdydurke, esa explosiva novela de demoledora fuerza y de género inclasificable. Posteriormente aparecería el resto de su obra con títulos como Transatlántico, El Matrimonio, La Seducción, Cosmos y, sobre todo, el Diario (publicado en dos volúmenes por Alianza Editorial, año 1992).2 Desierto es una imagen metafórica derivada en todo caso del propio sentimiento que Gombrowicz expresaba hacia la Argentina: "Salir por fin de este suburbio, de esta antesala, de esta despensa, convertirme no en un escritorzuelo, sino en un fenómeno que tenga su propio sentido y su propia razón de ser. Abrirme paso a través de la mortífera mediocridad de mi medio y comenzar por fin a existir. Mi situación es