“…Estos datos no corroboran lo resultados previos de la literatura científica, los cuales señalan que, dependiendo del perfil del entrenador (Gamonales, Gómez-Carmona, Córdoba-Caro et al, 2019;Urbano-Arévalo et al, 2020), el mes competitivo (Gamonales et al, 2020;Gamonales, Gómez-Carmona, León et al, 2019;Gómez-Carmona et al, 2018) y la categoría (Urbano-Arévalo et al, 2020), los entrenadores diseñan tareas de entrenamientos con diferentes FJ. Por tanto, es recomendable que los jugadores realicen entrenamientos específicos, tanto los de campo como los porteros, de forma independiente, para después trabajar de forma conjunta, con el fin de afianzar los conceptos básicos relacionados con cada posición de juego, ya que las demandas técnico-tácticas de los porteros son diferentes de los requerimientos del resto de jugadores (Gómez-Carmona et al, 2019). Además, respecto a los porteros, se aconseja diseñar tareas de entrenamiento que exijan acciones de alta intensidad (Di Salvo et al, 2008), en los niveles defensivo y ofensivo (Lapresa et al, 2018), al igual que trabajar aspectos psicológicos (Furley et al, 2016;Lidor et al, 2012;Montesano, 2016;Navarro et al, 2013).…”