Este artículo analiza, desde la crítica feminista y decolonial, la violencia sexual hacia las mujeres durante la formación universitaria y particularmente en el trabajo de campo, como un aspecto microsocial de la estructura patriarcal y de las desigualdades sufridas por las mujeres. Desde un enfoque autoetnográfico, a partir del relato de nuestras experiencias de violencia sexual, identificamos cómo opera la violencia de género en el trabajo de campo y rescatamos las respuestas a nuestras denuncias y el impacto en nuestras vidas y trayectorias académicas. Ante la falta de preparación de las universidades para hacer frente a este problema se concluye que es urgente generar un diálogo entre instituciones educativas y voces feministas para reconocer y eliminar la violencia de género.