El presente artículo considera el proceso creativo y transformativo por el que pasa el protagonista transexual de La piel que habito (2011) y lo equipara al proceso antiguo de la alquimia, pues ambos tienen como objetivo el perfeccionamiento, la imitación y la adulteración, o falsificación, de la naturaleza. El propósito principal del ensayo, aparte de delinear los elementos alquímicos presentes en el filme, es explorar la (con)fusión de ciertos binarios, como lo auténtico y lo artificial, lo masculino y lo femenino y el Yo y el Otro. Se plantea que, como en la alquimia, Almodóvar presenta a la figura del transexual –o del hermafrodita– como el ser perfecto, o la Piedra Filosofal, ya que encarna tanto lo femenino como lo masculino en un solo cuerpo. Además, a semejanza del oro alquímico y de las obras de arte, se propone que el protagonista, Vicente/Vera, representa una copia más perfecta de su referente original, lo cual subraya su nebulosa autenticidad existencial. Al final de este estudio, se establece un vínculo entre la transformación física y ontológica de Vicente/Vera y la mise-en-scène que este realiza para poder sobrevivir. Se concluye que el carácter transformativo e ilusorio de lo teatral concuerda con el aspecto experimental y artificioso de la alquimia.