ResumenLa modernización del sector del regadío ha implicado su transformación hacia redes a presión, con el consiguiente aumento en la dependencia energética de las explotaciones agrícolas de regadío. De forma paralela, la intensificación del olivar, así como la respuesta positiva del cultivo al aporte de agua en términos de productividad, ha motivado la puesta en riego de numerosas explotaciones. Dado que la campaña de riego en olivar coincide con el periodo de mayor radiación en la zona mediterránea, la incorporación de la energía fotovoltaica como fuente de suministro energético ofrece una alternativa viable y sostenible. El principal inconveniente radica en la variabilidad de la radiación tanto horaria como diaria, lo que requiere nuevas formas de gestión. El objetivo de este trabajo ha sido desarrollar un sistema de riego solar inteligente, capaz de sincronizar la producción fotovoltaica con la demanda diaria de agua y energía de los distintos sectores que componen una red de riego. Para ello el sistema aplica la dosis de riego automáticamente según un orden de prioridades establecido a través de la potencia solar generada y requerida por los sectores, determinando la secuencia de activación de los mismos. Al final del día, el modelo establece un balance de agua en el suelo, el cual permite determinar si es necesario aplicar correcciones sobre el tiempo de riego previsto para el día siguiente. Estas correcciones se deben a la diferencia entre el volumen de riego requerido y el aplicado, que será función de la disponibilidad de radiación. Así, al final de la campaña, el volumen total aplicado coincide con la dotación asignada. Finalmente, se llevó a cabo la simulación de una campaña de riego para una parcela de olivar en Córdoba, para la cual el sistema consiguió proveer de energía a la red de riego de forma satisfactoria. De este modo, la integración de la energía solar como fuente de suministro energético ofrece una alternativa real, sostenible y viable para el sector del regadío.
1-IntroducciónLa demanda energética por parte de las explotaciones de regadío ha aumentado de forma considerable tras la modernización del sector. Paralelamente, el precio de la energía eléctrica y el combustible fósil ha seguido una marcada tendencia creciente. Debido a ello, el coste de la energía representa, a día de hoy, un importante porcentaje de los costes totales de operación de muchas de las explotaciones agrícolas. En el caso concreto del olivar, el coste ligado al riego supone en torno a un 20% de los costes totales de operación (AEMO, 2010) (Figura 1). Al mismo tiempo, a las cuestiones económicas se suma la creciente preocupación ambiental ligada a la contaminación atmosférica y el calentamiento global, demandando con urgencia la búsqueda de fuentes de energía alternativas y sostenibles que garanticen el suministro y rentabilidad de las explotaciones, manteniendo los niveles de producción actuales.