Los disruptores endocrinos son un extenso conjunto de compuestos y mezclas químicas capaces de modular el eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo alterando la dinámica hormonal encargada del equilibrio hemostático, reproducción, desarrollo y comportamiento del ser humano. Se localizan de forma natural en el medio ambiente o como resultado de la producción industrial, contaminación hídrica y alimentaria, por lo que se ha evidenciado que el ser humano está sometido a una exposición masiva y universal de estos disruptores a través de la vía materno fetal, metabólica e inhalatoria, en cuya transmisión endógena predomina la línea germinal sobre la genómica, el riesgo de contaminación incrementa con la edad, y a dosis más bajas existe mayor alteración orgánica. Sin embargo, estudios realizados en productos como pesticidas, perclorato, Isoflavonas o Ácidos poliinsaturados, han revelado el papel fundamental de estos compuestos en trastornos tiroideos, de fertilidad, metabolismo, anomalías congénitas, trastornos vasculares y el cáncer. No obstante, aún se desconoce la utilidad y el mecanismo con el que actúan la gran mayoría de estos compuestos, sumado al uso indiscriminado de los mismos y a la falta de regulaciones estatales, por lo que este tema establece un paradigma que debería ser estudiado a profundidad.