“…También a lo largo de la década del 2010, e inicios del 2020, se ha reforzado el interés por analizar el fenómeno desde la historia intelectual y de los intelectuales, cobrando mayor auge el estudio de los impresos -diarios, revistas y libros-y su relación con el antifascismo (Bisso, 2019;Pizarroso, 2019;Meirelles Oliveira, 2013Nállim, 2020;Moraes Medina, 2020), la producción de interpretaciones acerca del fenómeno en relación a un proyecto políticoestético especifico (Mendoza Pérez, 2020;Lida, 2022), o la construcción de vínculos de sociabilidad e interrelación intelectual a partir de los núcleos antifascistas en los participaban los intelectuales (Meirelles Oliveira, 2013b). Estos trabajos, tan disímiles y variados, encuentran un punto de unión en la concepción del intelectual como una figura pública que, a partir de su posición como productor cultural 4 , encuentra su definición dentro de la esfera pública al ser partícipe de los debates públicos desde una posición especifica.…”