“…Los estímulos sensoriales recibidos por el turista gastronómico influyen en sus respuestas emocionales, a través del incremento del placer, y cognitivas, al percibir una mayor calidad, afectando a los recuerdos sobre su experiencia de viaje (Sliburytė y Le-Ny, 2017;Sthapit, 2019). La involucración y la satisfacción de los comensales en este tipo de experiencias que, por su propia naturaleza, tienden a ser apreciadas y percibidas de una forma muy personal o única, no sólo afectan positivamente respecto a un eventual retorno al lugar en que se disfrutaron, sino también con relación a aconsejar y transferir tales experiencias a otros potenciales usuarios (Balikoğlu, Kiliç y Bozok, 2020;Mengual-Recuerda et al, 2021). En consecuencia, resulta aconsejable para las empresas e instituciones involucradas en un sector tan competitivo como el turismo gastronómico una apuesta firme por la utilización de las técnicas y herramientas propias del marketing sensorial como mecanismo diferenciador que refuerza la marca de destino, debido a su capacidad generativa de valor y su gran potencial como polo de atracción de visitantes (Tsai y Wang, 2017;Rodrigues et al, 2020).…”