El artículo analiza el experimento de A. Pennycook et al., a fin de ampliar el alcance de sus hipótesis y las estrategias para contrastarlas, de modo que contemplen no solo factores cognitivos, sino también aspectos pragmáticos y contextuales implicados en la receptividad al bullshit. Se utiliza el experimento como ejemplo de las asunciones normativas implícitas en las investigaciones descriptivas de psicología y filosofía experimental, ya que, al contrastar hipótesis sobre las intuiciones filosóficas de sentido común, los investigadores parten de supuestos axiológicos sobre la corrección de las respuestas y la fiabilidad de los procesos cognitivos implicados.