“…Como agudamente ha señalado Llano, el panorama interactivo no establece un verdadero diálogo: "No puedo dialogar realmente con mi televisor interactivo: necesito un grupo de amigos" [11] . Para que la participación del público sea plena -aparte de esa elección trascendental que supone dedicar el propio tiempo a determinado título o programa -, debe también implicar la posibilidad de participar activamente, más allá de los menús que se le ofrecen de antemano, como ha explicado recientemente Bertrand [12] . De lo contrario, las tecnologías de libertad pueden tornarse tecnologías de creciente tiranía para el público.…”