“…En relación a las investigaciones arqueológicas realizadas en dicha cuenca, estos son muy escasas en contraste a áreas próximas como en el valle del Upano (Ochoa et al, 1997;Pazmiño, 2009Pazmiño, , 2021Porras, 1987aPorras, , 1987bRostain, 1999Rostain, , 2006Rostain, , 2010Rostain y Pazmiño, 2013;Rostain et al, 2024;Salazar, 1998a;1998b;2008), y las cuencas próximas de los ríos Morona y Pastaza (Athens, 1986;Cabrero, 2018Cabrero, , 2023Cabrero et al, 2022;DeBoer et al, 1977;Duche y de Saulieu, 2009;Mogrovejo, 2019;Porras, 1975Porras, , 1987bRivas, 2007;Rivas et al, 2008;Rostain et al, 2014;Rostain y de Saulieu, 2019;Rostoker, 2005;de Saulieu, 2006de Saulieu, , 2012de Saulieu, , 2013de Saulieu y Rampón, 2006;de Salieu y Duche, 2007). Los pocos trabajos arqueológicos publicados respecto a la cuenca del río Santiago corresponden al lado ecuatoriano (cuenca alta), donde Pedro Porras (1978) realizó importantes investigaciones enfocadas en Cueva de los Tayos, considerándolo como un espacio ceremonial de aproximadamente 1500 años a.C., con evidencias de una interacción entre distintos sitios de los Andes y la Costa.…”