“…Cuando el hueso, sin embargo, estuvo francamente infiltrado, se procedió a su resección, como en un leiomiosarcoma que infiltraba y atravesaba la escápula. En este y en otros casos en los que realizamos una escapulectomía no realizamos más reconstrucción que la necesaria para proporcionar una adecuada cobertura de partes blandas77 . En la mayoría de las ocasiones, no obstante, cuando estimamos que la morbilidad de la resección ósea para conseguir un margen amplio era excesiva, intentábamos una resección subperióstica manteniendo la integridad esquelética.…”