“…(Unesco, 2016, p. 10) La investigación anterior ha establecido que si bien existe aceptación de las personas trans en la mayoría de los países de Europa, en Latinoamérica aún carecen de total reconocimiento social, lo que se traduce en discriminación y violencia en los contextos familiar, educativo y laboral, pese a avances legislativos, impulsados por movimientos sociales (Cornejo, 2017(Cornejo, , 2018García-Orriols & Torrebadella-Flix, 2019;Liscano, 2016;Muñoz, 2015;Ramírez & Contreras, 2016;Rojas et al, 2019;Walworth, 2003). Los prejuicios, el desconocimiento y conductas arraigadas en mandatos de género patriarcales parecen ser la base para invisibilizar, reprimir y castigar a las identidades de género no binarias y fuera de la heterocisnorma, afectando notoriamente la calidad de vida y los procesos de transición, especialmente en la etapa juvenil (Ahumada et al, 2018;Alcívar & Cedeño, 2018;Bard Wigdor & Magallanes, 2018;Chávez et al, 2018;Fundación Todo Mejora Chile, 2019;Ravetllat, 2018;Sanchez Gonzalez & González-de-Garay, 2020).…”