Varia
La vocación helenística de Julio CortázarSus lecturas y su formación clásica en el Mariano Acosta (1929)(1930)(1931)(1932)(1933)(1934)(1935)(1936) . Es sabido este profundo interés del escritor y se refleja de manera constante en su obra. Como se puede observar, no sólo el poema dramático sobre el Minotauro, sino también varios cuentos («Circe», «Las ménades» y «Casa tomada», por sólo mencionar algunos), novelas (pienso en Los premios y Rayuela), y hasta el ensayo literario Imagen de John Keats, dejan constancia de la fascinación cortazariana con los mitos griegos. Su afición por el mundo clásico no se limita al campo de la mitología, sino que se manifiesta, además, en sus amplios conocimientos de la filosofía, la literatura y el arte de la antigüedad, que igualmente han tenido eco en sus textos literarios 3 . 2 A pesar de la omnipresencia de la tradición clásica en la obra de Cortázar, hasta ahora la crítica no ha ahondado en las raíces de esta afición: la formación clásica del joven Julio Florencio en la Escuela Normal «Mariano Acosta» (1929)(1930)(1931)(1932)(1933)(1934)(1935)(1936) y las lecturas complementarias -anotadas y fechadas 4 -de la literatura griega y romana que el alumno realizó entonces por su propia cuenta. Me cuesta creer que hasta ahora esta última pista todavía no haya sido explorada 5 , sobre todo porque desde 1993 la biblioteca personal de Cortázar, tal como se encontraba en su última casa parisiense, se ha abierto al público en la Fundación Juan March de Madrid. Aunque se trata naturalmente de una selección de las obras griegas y latinas que había leído 6 , es mi intención reconstruir en estos párrafos, Sin embargo, en el Mariano Acosta también tenía muchos amigos con quienes se reunía en «La guarida» 11 para hablar de literatura, pintura, música, filosofía, política, etc. Este «club» formaba «una especie de célula de defensa contra la mediocridad de casi todos los profesores y los compañeros»
12. Entre los miembros no sólo se encontraban varios condiscípulos de Julio Florencio, tales como «Paco» Reta, Eduardo Jonquières y Jorge D'Urbano, sino también algunos profesores de la Escuela Normal, entre los cuales los únicos dos profesores -«¡Dos sobre cien!» 13 -a quienes Cortázar recuerda con ternura. Se trata del mencionado Arturo Marasso y de Vicente Fatone, que desempeñaron un papel decisivo en la formación clásica del joven Cortázar y con quienes el alumno mantenía una buena relación. Fueron de «esa clase de profesores con los que un buen día podés ir a su casa y se crea una relación que duró muchos años» Las clases de literatura griega y latina de Arturo Marasso (1933-1934 5 Para la formación clásica del joven Cortázar fue crucial la influencia de Arturo Marasso (1890-1970, gran humanista que era helenista, poeta y cervantista a la vez 16 . Su curso de literatura latina y griega, denominado sorprendentemente «Literatura Oriental, Griega y Latina», que Cortázar siguió durante el primer año del profesorado, esto es, entre 1933 y 1934, lo situó plenamente en el mundo de la mitología...