“…Por ello, pedían ampliar la formación mediante programas específicos para los profesionales sanitarios, que tuvieran en consideración los condicionantes estructurales de su servicio -tiempos reducidos de atención a la mujer; espacios compartidos que no favorecen la intimidad; etc.-. Programas flexibles, interdisciplinares y holísticos, que incluyeran, además de los contenidos propios del ámbito de la salud, otros igualmente importantes, como, por ejemplo, aquellos referidos al desarrollo de las capacidades de escucha activa, a observar indicadores de sospecha, y a conocer los recursos disponibles para la atención integral a la mujer, entre otros Gómez-Fernández et al, 2020).…”