“…Así, según el documento denominado Agenda de Accra para la Acción (AAA), firmado por los gobiernos de 132 países y 28 agencias internacionales, se denomina "buena condicionalidad" a aquella que incluye pocas condiciones, siendo éstas transparentes, mutuamente acordadas y relacionadas con la obtención de resultados de desarrollo humano (OCDE, 2008b). Asimismo, numerosos autores hacen hincapié sobre la importancia de: (1) no imponer soluciones institucionales desde fuera (ya que la existencia de un proceso de elaboración de las normas concebido como legítimo es tan importante como el propio contenido de las normas); (2) conocer en profundidad el contexto político de cada país (las fortalezas y debilidades del Estado, así como los intereses y el poder relativo de los distintos actores políticos); (3) comprender que se trata de un proceso a largo plazo, con costes tanto económicos como políticos y con múltiples interacciones entre las distintas instituciones, lo que hace necesario priorizar y secuenciar las reformas; y (4) evitar la frecuente contradicción entre tratar de ejercer condicionalidad y la presión por desembolsar una determinada cantidad de ayuda (Stiglitz, 2003;Grindle, 2007;Rodrik, 2008;Bandeira, 2009).…”