“…A partir del primer año de vida, los infantes comienzan a utilizar gestos dirigidos a objetos y otras personas, ofrecen objetos, imita a otros y cumple solicitudes (Gago Galvagno et al, 2019;Van Hecke et al, 2007). Durante el segundo año de vida y al inicio de la etapa preescolar, el niño comienza a utilizar un repertorio verbal dirigido a la comunicación con otros, estructura la cooperación a partir de nuevos objetos, puede comenzar a comprender las intenciones y la interacción se empieza a dar con otros adultos distintos a sus cuidadores primarios (Durand et al, 2020;Eckerman y Stein, 1982). Estas habilidades sociales primarias son consideradas fundamentales, ya que predicen mayor nivel educativo y de empleo, rendimiento académico, autorregulación, problemas de comportamiento, salud mental y menor actividad criminal y uso de sustancias tanto en la adolescencia como en la adultez (Broekhuizen et al, 2016;Jones, Greenberg y Crowley, 2015;Raver et al, 2008).…”