“…A ello apuntaría el hecho de que estas ollae ossuariae aparezcan asociadas a las primeras importaciones itálicas, así como a las imitaciones de este tipo de vajilla y, aún más, a las primeras hornadas de terra sigillata hispánica procedentes del alfar de Andújar. Sin embargo, el empleo de urnas de tradición indígena junto a ajuares de origen local (caso de Castulo, Carmo, Baelo Claudia y Onoba, entre otras), con una ausencia total de terra sigillata, ha sido utilizado como argumento para el afianzamiento étnico de la cultura precedente frente a la invasora (Bendala 1976;Bustamante 2010;Fernández Sutilo 2016); un debate todavía abierto y en vías de enriquecimiento con posturas tan contradictorias como la defendida por J. L. Escacena y M. Belén (1994: 237-265), para quien la cultura turdetana no habría dejado huella arqueológica dada su relación con las tradiciones funerarias atlánticas 2 .…”