“…Dentro de esta clasificación se recogen esencialmente dos tipo fundamentales, el arco y la ballesta, e incluso se podría incluir un tercero, si se toma la honda como un arma de guerra, además de ser utilizada para la caza, tanto en la Antigüedad como en la Edad Media, citándose en algunos pasajes célebres, por ejemplo, el enfrentamiento entre David y Goliath relatado en el capítulo XVIII del Libro de Samuel (Llul Molina 2009), o las Siete Partidas de Alfonso X (1221-1284), donde se narra el almacenamiento de la honda formando parte del arsenal y material bélico de los castillos, además de hacerse patente en diferentes yacimientos y restos de sitios y asedios, caso de Masada (Pecci Tenrero 2006). (Figura 7) Aunque los arcos son empleados de manera usual durante el Mesolítico (10/8000-5000 BP) (Márquez y Muñoz 2001), fundamentalmente armas simples manufacturadas a partir de un solo fragmento, como se hace evidente en el modelo fabricado en madera de olmo y hallado en la década de los cuarenta del siglo XX en Holmegaard (Dinamarca), se puede confirmar su uso ya a finales del Paleolítico Superior, al haber sido localizados ejemplares en el Norte de Europa, preservados gracias a las condiciones particulares del entorno.…”