“…Por su parte, Quintanilla González (2013) agrega que la colocación de ofrendas como parte del ritual mortuorio es un elemento relacionado con la concepción que el muerto inicia otra vida y por ende el comienzo de un nuevo y gran camino, se volvía necesario el acompañamiento de ofrendas que le proveyeran de provisiones necesarias para el trayecto (p.24). Las categorías de las ofrendas en grupos serian cerámica, lítica, concha, hueso trabajado y figurillas, Según Bajkova (2015) las prácticas del culto funerario a los ancestros, así como a las deidades que giraban en torno a éstos, tienen hondas raíces en la sociedad maya, que se materializan en las tumbas, pirámides, bultos sagrados, representaciones iconográficas y textos jeroglíficos (p.116). A esto, Ubelaker (2007) menciona que se han encontrado esqueletos en cementerios, bajo suelos de casas, en plazas, en escondrijos y hogares en montículos y abrigos rocosos, en urnas de barro, y esparcidos en vertederos de poblados.…”