“…Para ello, es fundamental la ruptura con la construcción de identidades mediante estereotipos, dado que estos simplifican la realidad y ayudan a identificar lo que es normal y lo que no (Belmonte & Guillamón, 2008). Sin embargo, si asumimos que la realidad social está construida, aceptamos el hecho de que la normatividad, y lo que está fuera de ella, también es un producto social que dependería y variaría en función de la cultura en la que nos situamos (Lacalle & Gómez, 2018;Vázquez, 2008). Por ello, la diversidad funcional, y el propio término que esta implica, es una ruptura con la normalidad previa (Moscoso, 2015;Toboso, 2013;Vázquez, 2008), ya que toda persona que funcione de manera 'diferente' a lo que previamente se ha establecido como normativo estaría dentro del grupo de personas con diversidad funcional.…”