“…En las últimas décadas ese interés por las mujeres como sujeto activo (considerando el número, posición y trayectoria de las que hacen ciencia), y como objeto (considerando cómo las contempla la ciencia) del análisis científico se ha multiplicado y ha crecido de forma exponencial, tanto en general como en España (Díaz, 2017), y también en la Psicología y la Psicología Social, como demuestran, entre otras cosas, la multiplicación de trabajos de y sobre el tema (v. g., Barberá & Cala, 2008; Eagly, Eaton, Rose, Riger, & McHugh, 2012; Ferrer & Bosch, 2012, 2015; Gartzia & Lopez-Zafra, 2014, 2016; Moya & Rodríguez, 2001). Así, hoy día podemos considerar que estas cuestiones han pasado desde un lugar periférico en nuestras disciplinas, situadas en los márgenes respecto a las tendencias hegemónicas o canónicas, hasta llegar a ser consideradas como parte integrante de las mismas y como una referencia que no puede ser ignorada (Castañeda, 2016; Ferrer, 2017; Moya, 2002; Riger, 2016).…”