“…-2017 temporal de la forma verbal no marcada (es decir, sin morfemas tempo-aspectuales) puede ser pasada o presente, dependiendo de su Aktionsart: en general, las formas básicas dinámicas (y estativas episódicas) hacen referencia al pasado, mientras que las estativas (especialmente las permanentes) hacen referencia a eventos presentes (Soto y Hasler 2015) (5-6). El inventario de morfemas tempo-aspectuales está conformado por un morfema que indicaría tiempo deíctico (-a 'futuro'), varios morfemas aspectuales (-ke 'habitual', -le 'estativo, progresivo', -fu 'antiperfecto', -ka 'continuativo', -we 'persistencia', -meke 'progresivo', -tu 'iterativo-reversivo', entre otros) y un morfema de modalidad epistémica (certeza) asociado a la percepción directa, que suele adquirir el valor de proximidad (-pe 'pasado reciente') (entre otros, Golluscio 2000;Zúñiga 2001;Loncon 2007;Smeets 2008 (Soto y Hasler 2015: 103) La naturaleza mayoritariamente aspectual del inventario, sumada a su carácter relativamente facultativo, incide en que el anclaje deíctico de las cláusulas se realice de manera relevante mediante adverbiales o, simplemente, quede abierto a la inferencia contextual. Por ejemplo, un predicado de logro (kutranün 'enfermarse') estativizado mediante el morfema estativo -le puede adquirir una referencia temporal presente o pasada, siendo relevante la presencia de adverbiales de tiempo para poder fijarla (7).…”