“…Dentro de los enfoques que promueven la agricultura sostenible, se encuentra la conceptualización de la agricultura como parte de un ecosistema, con el fin de analizar integralmente las interacciones entre el servicio de provisión de alimentos y los servicios ecosistémicos de soporte que lo mantienen, así como el agente social que interviene en él. Es así que nace el concepto de agroecosistema, definido como el ecosistema que el hombre interviene selectivamente, manejando los componentes bióticos y abióticos para obtener beneficios productivos(Stupino et al, 2014;Casanova et al, 2016).En otras palabras, los agroecosistemas son las interacciones que se producen entre plantas y animales domesticados (producción agropecuaria), con el agua, suelo, plantas, animales y microorganismos del ecosistema base; contando con diferentes niveles tróficos, establecidos en un ambiente geográfico específico, y condicionados a la administración humana para su producción. Los agroecosistemas tienen como características la inclusión de poblaciones humanas, el estar alterados intencionalmente, y ser frecuentemente administrados intensivamente, con el fin de suministrar alimentos y otros beneficios(Conway, 1987;Stupino et al, 2014;Casanova et al, 2016).Por su parte, la agrobiodiversidad se refiere a la diversidad biológica dentro de Línea de Investigación: Desarrollo rural…”