“…La preocupación por el tema surgió en la década de 1970 (Osorio-Merchán y López Díaz, 2008) para responder a la diversidad cultural de las sociedades de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos y Canadá, y se expresó en términos de sensibilidad cultural (Sue et al, 2009). El término competencia cultural fue propuesto a fines de la década de 1980(Hernández Plaza, 2014 para la salud mental, siendo entendido como un conjunto congruente de comportamientos, actitudes y políticas que confluyen en un sistema, una agencia o un sector profesional, y los habilita para trabajar de manera efectiva en situaciones transculturales (Cross, et al, 1989). Desde entonces, la noción de competencias culturales ha sido profundizada, destacando los aportes de la enfermería transcultural (Campinha-Bacote, 2002;Giger y Davidhizar, 2002;Leininger, 2002) y las posturas críticas de la antropología médica (Kleinman y Benson, 2006).…”