“…Por esta razón, las diferencias cognitivas se construyen como la distancia con el otro, con ese otro distinto al nosotros, nosotros entendido y construido desde marcadores de identidad (De la Rosa, 2015), que determinan etiquetas diagnósticas para aquel que interactúa fuera de los parámetros de lo deseado y aceptado desde la cultura hegemónica dominante (Guido, 2010;Matus y Haye, 2015;Skliar, 2014). En efecto, la diferencia, "es una producción que se realiza en función de una normalidad imaginada y sostenida por instituciones, discursos y prácticas específicas" (Matus y Haye, 2015, p. 137).…”