“…Darle cabida a una forma relacional de múltiples sentidos también favorece el enriquecimiento de las conversaciones filosóficas, de modo que otras vetas toman relevancia, como pueden ser el necesario énfasis en los siguientes temas: la precariedad y la vulnerabilidad (Butler, 2012); el cuidado, la responsabilidad y la solidaridad (Martín Palomo, 2010); los complejos entramados, no necesariamente positivos, que se tejen en torno a la dependencia y la independencia (Kittay, 2020); la cotidianidad y las emociones (Rodríguez Díaz et al, 2017); la manera en que el capitalismo y las nociones de producción se han difundido por las cornisas de los prejuicios sobre el cuerpo, de modo que la (dis)capacidad se torna en una forma de resistencia que cuestiona los nociones de normalidad asociadas a la acelerada producción del capital (Zerega et al, 2020), y la fantasía de administración y gestión permanente, que establece la posibilidad de controlar el futuro a expensas de la invisibilización del presente (Garland-Thomson, 2017).…”