“…Existen varios programas de mejoramiento a nivel mundial que están trabajando en la búsqueda e incorporación de genes de resistencia para esta enfermedad tanto al vector como al patógeno. Si bien los tamizados de los materiales en un comienzo se realizaron utilizando la inoculación mecánica (Mandal et al, 2008) esta metodología ha sido dejada de lado primero por las desventajas señaladas en cuanto a la pérdida de patogenicidad de las cepas mantenidas por este método y, fundamentalmente porque se ha demostrado que mediante el desafío utilizando trips infectivos muchos materiales mostraban, además de resistencia a la multiplicación del patógeno, interacción con el proceso de trasmisión por el insecto (Kumar et al, 1993;Roselló et al, 1997;Genda et al, 2008).…”