Desarrollo preclínico de vacunas profilácticas contra la Enfermedad de Chagas basadas en Transialidasa.

Abstract

La Enfermedad de Chagas (ECh), ocasionada por el parásito flagelado Trypanosoma cruzi (T. cruzi), es una de las parasitosis de mayor impacto en la Salud Pública de Latinoamérica. Si bien actualmente existen medidas de prevención como el tamizaje en bancos de sangre, el control a las embarazadas y el control vectorial, aún se requiere de estrategias más eficaces para evitar nuevos casos. Una de estas posibles estrategias es el desarrollo de una vacuna profiláctica contra T. cruzi. Desde el descubrimiento de la enfermedad en 1909, se han evaluado diferentes vacunas experimentales, pero aún no se ha logrado el desarrollo clínico de una formulación efectiva contra el parásito. En este artículo realizamos una revisión bibliográfica acerca de las distintas estrategias de vacunación que se evaluaron hasta la actualidad y, particularmente, el uso de la enzima Transialidasa (TS) como antígeno vacunal. También abordamos distintos aspectos de la superfamilia de la TS, como la clasificación de las distintas proteínas, sus características funcionales y su rol en la infección por T. cruzi. A lo largo de 100 años se han abordado y perfeccionado una gran diversidad de estrategias vacunales contra T. cruzi, lo cual permite augurar el salto desde el campo pre—clínico al desarrollo clínico de una vacuna efectiva en un futuro cercano.

Trypanosoma cruzi infection: strategies for the development of a vaccine

“…Se demostró que la forma enzimática activa de la TS utilizada en las vacunas no era una forma segura para ser probada en humanos, debido a que producía en ratones una serie de efectos adversos (hepatotoxicidad, alteraciones del miocardio y el bazo). A partir de estos resultados se utilizaron miembros inactivos de la familia de la TS, pero no resultaron ser suficientemente eficientes en el proceso de inmunización, en función a esto, la estrategia más prometedora fue el uso de mutantes inactivos de la TS o fragmentos recombinantes inactivos, estos inmunógenos aseguran el mantenimiento de la https://doi.org/10.56294/piii2024351 inmunogenicidad y presentan menos efectos adversos, por lo que se utilizó en diversos estudios preclínicos (6). En la era de la Ingeniería genética, surgieron las vacunas basadas en proteínas recombinantes formadas por fragmentos de antígeno altamente inmunogénico.…”