“…Una revisión sistemática reveló que los síntomas depresivos en pacientes hospitalizados fueron indicadores de hospitalizaciones subsecuentes 21 , retroalimentándose un círculo que tiene por una parte a la enfermedad crónica, que con lleva per se hospitalizaciones múltiples, y por otra, al trastorno depresivo, mantenedor de un estado de salud deficitario. La depresión en un contexto médico-quirúrgico suele sub-diagnosticarse, dada la confusión generada a partir de la sintomatología intercurrente explicada por la patología de base 14 , efectos farmacológicos secundarios y desconocimiento del trastorno en el personal sanitario 22,23 , el que interpretaría los síntomas depresivos como congruentes con el estrés hospitalario 24 y tendería a reconocer la depresión sólo a través de su vertiente afectiva, en desmedro de la cognitiva, conductual y psicomotora 5 . Asimismo, adultos mayores y mujeres presentarían una serie de atributos psicológicos similares al estado depresivo, y culturalmente considerados como inherentes a estos grupos, imposibilitándose una pesquisa apropiada.…”