“…De igual manera, los resultados revelan que si bien el índice de disimilitud para los períodos estudiados (2002 y 2017) no presentan grandes variaciones intercensales a escala de país, sí dan cuenta de un alto nivel de segregación (D = 0,60 en 2017), el cual posteriormente evidencia un incremento significativo en el nivel de segregación, a escala de región y comunas, donde se presentan fenómenos variados de dispersión y/o concentración de la clase alta, tanto en el sector oriente del área urbana consolidada, como también en las nuevas periferias de la zona norte y suroeste, en comunas como Colina o Calera de Tango, donde las parcelaciones y condominios cerrados son la nueva forma de construir barrios para estos hogares (Salcedo, & Torres, 2004). Junto con ello, no se deben olvidar otros procesos urbanos que ocurren al interior de la ciudad, ligados a la decadencia, renovación y gentrificación de espacios basados en la edificación vertical como parte del fenómeno de la sobreinversión y sobreconcentración de todas las formas de capital con esquemas de protección institucional para urbanizar el suelo, lo cual ha impulsado un fuerte proceso de investificación y financiarización de la vivienda, el cual ha elevado a niveles históricos sus valores, junto con generar una mayor exclusión en las posibilidades de acceso para familias tanto de estratos bajos como medios (Correa-Parra et al, 2023), pero donde el verdadero núcleo de la problemática sigue siendo los altos precios del suelo urbano y su escasa regulación (Vergara-Perucich et al, 2020).…”