En América Latina y el Caribe alrededor del 80 % de la población vive en las ciudades (ONU Hábitat, 2012). Aunque cuenta con grandes espacios poco poblados, se considera a la región como una de las más urbanizadas del mundo. Según un informe elaborado por ONU Hábitat (2012), la mitad de la población urbana reside en ciudades de menos de 500 000 habitantes. Este proceso de descentralización de la población no fue repentino, sino que adquiere múltiples dimensiones. En primer lugar, el crecimiento de áreas metropolitanas que han absorbido a ciudades más pequeñas. En segundo lugar, los avances logrados en acceso a agua, saneamiento y otros servicios han aumentado el atractivo de las ciudades intermedias y pequeñas. Finalmente, los procesos migratorios (internos e internacionales) son más complejos y se producen fundamentalmente entre ciudades. Asimismo, se producen “movimientos de población dentro de las ciudades, entre el centro de la ciudad y su periferia, así como entre centros urbanos secundarios” (p. 17).