“…Precisamente, Foucault (2008) expuso cómo las relaciones entre seguridad, orden policial y territorialización sirven como tecnologías de gobierno, las cuales disciplinan, normalizan y normativizan la vida y las subjetividades. En 2014, a raíz de la "crisis 49, mayo 2020 3721-3737 humanitaria de los niños migrantes" en Centroamérica, varios gobiernos -México, Guatemala, Honduras, Salvador-reforzaron la vigilancia, el control y las deportaciones en los pasos fronterizos (Villafuerte y García, 2015), dentro de una geoestrategia política de securitización o fronterización (Soguk, 2007) en la que la llegada de Trump a la Casa Blanca refuerza las políticas antimigratorias, con repercusiones en los países de Centro y Sudamérica y el Caribe. Si el anterior presidente de los EE.UU., Barack Obama, aumentó los presupuestos para la Patrulla Fronteriza y batió el récord de deportaciones de su predecesor -George W. Bush-, el actual llegó a la Casa Blanca con una campaña que recuperaba la máxima de "América para los americanos" -con el lema America First-, entendiendo por estos a los blancos anglosajones -preferiblemente heterosexuales y protestantes-.…”